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Cómo saber si tengo problemas de peso

Antes de entrar en materia es necesario definir algunos conceptos, los cuales serán de gran ayuda para saber si tienes algún problema de peso.

El sobrepeso es el estado en el cual se excede el peso adecuado para la edad y talla de una persona y este excedente de peso no le permite realizar tareas normales para el ser humano como son: correr, saltar, escalar, etc. También el sobrepeso afecta a la salud de la persona que lo padece, mientras que  la obesidad se caracteriza por el exceso de grasa en el organismo y se presenta cuando el índice de masa corporal (IMC) en el adulto es mayor de 30 kg/m2 según la OMS (Organización Mundial para la Salud). También la podemos definir como la excesiva cantidad de grasa corporal y el exceso de peso es mayor del 20% con relación a la talla.

Causas del sobrepeso y obesidad

Hay diversos factores que contribuyen al sobrepeso. Pueden estar implicados los factores genéticos: Si ninguno de los padres tienen problema de peso esto representa un 10% de que alguien de su familia lo presenta, pero esto varía si sólo uno de los padres tiene sobrepeso  u obesidad este asciende a 40% y si ambos padres son obesos 80%, sólo un 5% se le puede atribuir por causa genética.

El otro 95% corresponde a factores ambientales, los cuales son modificables y podrían, de este modo así contribuir a mejorar la calidad de vida. Algunos de estos factores tiene que ver con el tipo de alimentación  que recibió antes, durante y después del posterior al embarazo, cómo estamos alimentando a ese bebé, si recibió o no lactancia materna o se alimentó fue con fórmulas, si la incorporación de los alimentos fue acorde a su edad, cómo es la estructura familiar (multifamiliar, hijo único, etc.), nivel socioeconómico.

Un factor importante que no debemos olvidar es que gran parte de lo que comemos  actualmente es fácil y rápido de preparar, desde las comidas rápidas cargadas de grasa hasta los alimentos precocidos listos para calentar al microondas.

Tenemos los horarios tan apretados que nos queda poco tiempo para preparar comidas saludables o para hacer ejercicio. Y el tamaño de las raciones, tanto en casa como fuera de ésta, ha aumentado considerablemente.

Además, en la actualidad la vida es más sedentaria que en el pasado; los niños y adultos pasan más tiempo jugando con equipos electrónicos que jugando activamente al aire libre. La televisión es uno de los principales culpables.

Los niños menores de seis años pasan un promedio de dos horas diarias delante de una pantalla, mayormente viendo videos o programas de televisión. Los niños mayores y los adolescentes se pasan casi 4 horas diarias frente al televisor. Los niños que se pasan más de cuatro horas diarias delante del televisor o cualquier otro tipo de pantalla, tienen más probabilidades de tener sobrepeso en comparación con aquellos que se pasan dos horas o menos.

No es de extrañar que el hecho de tener televisión en el dormitorio también se asocie a una mayor probabilidad de desarrollar sobrepeso. En otras palabras, cuando los niños vuelven a casa tras la jornada escolar, ¡casi todo el tiempo libre que tienen lo pasan delante de algún tipo de pantalla!

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda limitar el tiempo que los niños de más de dos años se pasan delante del televisor a no más de una o dos horas diarias. Asimismo, la AAP desaconseja que los niños menores de dos años vean la televisión.

Muchos niños no hacen suficiente ejercicio. Aunque las clases de educación física que se imparten en las escuelas pueden contribuir a que los niños hagan ejercicio, una cantidad cada vez mayor de centros escolares está eliminando o recortando los programas de educación física y reduciendo la cantidad de tiempo que los niños pasan practicando actividades de condicionamiento físico. Un estudio permitió constatar que las clases de gimnasia de los niños de tercer grado de primaria solo ofrecían 25 minutos de actividad física intensa a la semana.

Las recomendaciones actuales son que los niños de más de dos años así como los adultos deben hacer un mínimo de 60 minutos de actividad física de moderada a vigorosa la mayoría de los días de la semana y de ser posible todos los días.

Algunas estadísticas sobre la obesidad

Cada vez hay más obesos en el mundo. En las últimas cuatro décadas, hemos pasado de vivir en un mundo en el que el número de personas con bajo peso doblaba al de obesos, a uno en el que hay más obesos que personas con delgadez extrema.

Un estudio publicado en la revista científica The Lancet alerta sobre una epidemia mundial de obesidad que «tendrá consecuencias para la salud de magnitudes, hasta ahora, desconocidas». Los datos apuntan que, en 40 años, la cifra mundial de obesos se incrementó de 105 millones de personas (en 1975) a 641 millones (en 2014).

Las estadísticas muestran que la cifra en hombres se disparó del 3,2% al 10,8%.

En el caso de las mujeres, ésta se duplicó, pero sigue superando a la de los hombres: en 1975 un 6,4% de las mujeres en el mundo eran obesas, y en 2014 había un 14,9%.

Según cifras reportadas por  la Organización Mundial de la Salud, (OMS), afirma que 30,7% de la población venezolana padece de obesidad. Esta lamentable cifra nos coloca como los líderes suramericanos de este mal extendido, seguidos por Chile con 29,05% y Uruguay con 23,35%.

¿Pero cómo llegamos a esta cifra tan alarmante?

En otra época la obesidad y el sobrepeso tenía algo que ver con los banquetes y las comilonas de la gente pudiente, mientras que hoy en día el sector más afectado por el exceso de peso es la población con menos recursos que tiende a consumir grandes cantidades de calorías con muy poco valor nutritivo.

El desplazamiento de la población hacia las ciudades, los trabajos más sedentarios, el uso de medios de transporte y la ingesta de alimentos de menor calidad nutritiva son otros factores que explican el incremento de la obesidad y el sobrepeso.

En las últimas 2 décadas la obesidad se ha triplicado en países en vías de desarrollo.

La inactividad física es el 4° factor de riesgo de mortalidad mundial por cualquier causa y la obesidad es el 5° factor de riesgo.

Cada año fallecen 2,8 millones de personas con sobrepeso u obesidad.

Repercusiones frecuentes del sobrepeso y de la obesidad en la salud

El sobrepeso y la obesidad tienen graves consecuencias para la salud. El riesgo aumenta progresivamente a medida que lo hace el IMC. El IMC elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades crónicas, tales como:

  • Las enfermedades cardiovasculares (especialmente las cardiopatías y los accidentes vasculares cerebrales), que ya constituyen la principal causa de muerte en todo el mundo, con 17 millones de muertes anuales.
  • La diabetes, que se ha transformado rápidamente en una epidemia mundial. La OMS calcula que las muertes por diabetes aumentarán en todo el mundo en más de un 50% en los próximos 10 años.
  • Las enfermedades del aparato locomotor y en particular la artrosis.
  • Algunos cánceres, como los de endometrio, mama y colon.

La obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte prematura y discapacidad en la edad adulta.

Muchos países de ingresos bajos y medios se enfrentan en la actualidad a una doble carga de morbilidad:

  • Siguen teniendo el problema de las enfermedades infecciosas y la subnutrición, pero al mismo tiempo están sufriendo un rápido aumento de los factores de riesgo de las enfermedades crónicas, tales como el sobrepeso y la obesidad, sobre todo en el medio urbano.
  • No es raro que la subnutrición y la obesidad coexistan en un mismo país, una misma comunidad e incluso un mismo hogar.
  • Esta doble carga de morbilidad es causada por una nutrición inadecuada durante el periodo prenatal, la lactancia y la primera infancia, seguida del consumo de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas y con escasos micronutrientes, combinada con la falta de actividad física.

En la búsqueda del equilibrio

Debe existir un balance entre la cantidad de energía (en forma de alimentos) que se ingiere y la cantidad de energía que se elimina a través de la actividad física regular. A manera de recordatorio, cada gramo de grasa equivale a 9 kcal/g, un cc de cualquier bebida alcohólica aporta 7 kcal/g y las proteínas y carbohidratos aportan cada una 4 kcal/g.

Es por ello que se debe seguir una alimentación sana y balanceada e incluir la actividad física como parte de la rutina diaria y con ello estaremos contribuyendo a prevenir el sobrepeso y la obesidad en nuestro grupo familiar.

¿Cómo reducir la carga de obesidad y sobrepeso?

 La obesidad, el sobrepeso y las enfermedades que se derivan de estas condiciones clínicas son en su gran medida, evitables.

A nivel individual, las personas pueden:

  • Lograr un equilibrio energético y un peso normal.
  • Reducir la ingesta de calorías procedentes de las grasas y cambiar del consumo de grasas saturadas al de grasas insaturadas.
  • Aumentar el consumo de frutas, vegetales.
  • Reducir la ingesta de azúcares.
  • Aumentar la actividad física (mínimo 30 minutos de actividad física regular, de intensidad moderada, casi todos los días). Para reducir el peso es necesaria hacer una hora diaria de actividad física, tales como caminar, trotar, bailar, natación o practicar el deporte de su preferencia.

Esto es especialmente importante para los sectores más vulnerables de la sociedad (personas de bajos recursos económicos y los niños), cuyas opciones con respecto a los alimentos que consumen y a los entornos en los que viven son más limitadas.

Las iniciativas de la industria alimentaria para reducir el tamaño de las raciones y el contenido de grasas, azúcares y sal de los alimentos procesados, incrementar la introducción de alternativas innovadoras, saludables y nutritivas y reformular las actuales prácticas de mercado podrían acelerar los beneficios sanitarios en todo el mundo.

Importancia de perder peso

La obesidad es una enfermedad que contribuye a acortar la expectativa de vida ya que ocasiona o agrava enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, artrosis, algunos tipos de cánceres, entre otras patologías.

Con la pérdida de peso, se mejoran todos estos problemas y, en definitiva, se mejora la calidad de vida.

Múltiples estudios han puesto su atención en el impacto producido por la obesidad sobre la morbimortalidad de diferentes poblaciones. De estas observaciones se concluye que en poblaciones de similares características (incluyendo edad, sexo, grupo étnico y condición socioeconómica) existe una mayor morbimortalidad en pacientes obesos que en sujetos con normopeso.

Aquí radica la importancia en la pérdida de peso y que la misma sea sostenible en el tiempo:

  • El riesgo de sufrir un infarto es unas 3 veces mayor en una persona obesa que en una persona delgada de la misma edad.
  • Las probabilidades de que las personas obesas desarrollen diabetes tipo 2 es 12 veces mayor en personas obesas que en personas con un peso saludable.
  • Por cada 10 % de elevación del peso corporal el aumento de los niveles de glucosa durante el ayuno es de 2 mg/mL.
  • En cuanto a la dislipidemia, si se pierden 10 kg se produce un descenso del 15% en los niveles de LDL y un aumento de un 8 % en los de HDL.
  • La presión arterial aumenta si se incrementa el IMC, por cada 10 Kg de aumento de peso, la P.A. sube 6.5 mm Hg.
  • Por cada 1% de reducción de peso, la P.A. disminuye de 1- 2 mm Hg.

Si se pierde  entre un 10 – 15% del peso corporal cuando se tiene sobrepeso u obesidad es posible reducir las complicaciones de salud, sobretodo si esta pérdida de peso es acompañada por actividad física de manera constante.

Este material ha sido elaborado por la Lic. María Antonieta Ciancia Angerami, Nutricionista Clínico para la linea Rowe.

 

 

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